QUÉ NECESITAS, TRISTEZA?

Me han pedido que escriba sobre la felicidad y a pesar de ser una de nuestras emociones positivas más preciadas, no he podido hacerlo, me puse a escribir en momentos y días diferentes, lo he intentado cambiar, mejorar, he esperado, lo he leído y vuelto a leer… seguramente debido a encontrarme en una etapa de mi vida no muy feliz… el resultado ha sido un artículo que habla más de la tristeza que de la felicidad.

En realidad, tristeza y felicidad son las dos caras de una misma moneda, por lo que me pregunto: es la felicidad lo contrario de la tristeza o puede ser la ausencia de ésta? además detrás de la tristeza hay enfado así que también es fácil deducir que somos más felices cuando no estamos enfadados.
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A todos nos gustan las emociones “positivas”, son más disfrutables y las aceptamos sin reparos, pero menos mal, es absolutamente normal sentirnos invadidos de vez en cuando por la tristeza o agobiados de angustia, duda o desilusión. Todas las emociones tienen algo que enseñarnos acerca de nosotros mismos y sin ellas jamás viviríamos una vida plena, así que para poder vivir la felicidad debemos saber qué es la tristeza y viceversa.

Por ejemplo, respecto a nuestra forma de pensar o actuar ante la vida, vivir positivamente es mejor que pensar o vivir negativamente, pero lo que es aún mejor es hacerlo de forma realista, y ser realista significa comprender que la riqueza de la vida radica en una interacción constante entre nuestras luces y nuestras sombras, nuestras potencialidades y esas partes oscuras que no nos gustan, no queremos o no nos atrevemos a ver… porque no es agradable, porque cuesta y es doloroso a veces, aunque sí necesario para conocernos, saber quiénes somos y aceptarnos.

“Por lo tanto cuando siento tristeza sé que puedo dejarme hundir en ella y tocar un poquito el fondo, a veces necesito inundarme de ella para poder reaccionar, yo me conozco a mí misma y sé que no me dejaré atrapar por un estado depresivo, pero hay que tener cuidado en este punto y no regodearse demasiado. Y cuando esté muy metidita en mí, calentita con mi tristeza que también tiene derecho a expresarse, le preguntaré:

     Qué necesitas, tristeza?

   Y la tristeza contesta: “Escucha a tu corazón”

Y no es un cuento de hadas pidiendo estúpidos deseos, es la pura realidad, ya que a medida que profundice en mí otros sentimientos subyacentes irán apareciendo, frustración, confusión, desesperación… y bueno… me toca lidiar con todo esto… puedo ahora o lo dejo unos días? Porque tengo que ir asimilando, hay que aceptar que es un proceso lento y en mis diálogos internos está esa lucha del “lo quiero ya!” qué difícil es hacer más e ir rápido cuando se trata de sentimientos… cuando se trata de ver algo de lo que no me daba cuenta… cuando se trata de escucharme… difícil no, es imposible… esto lleva su tiempo!”

     "Sanamos de un sufrimiento solo al experimentarlo en su totalidad" (Marcel Proust)

Esther Garrido

esthergarrido.es@gmail.com

Imagen Por: Maki Hino