Me
encuentro con pacientes en terapia, personas en la vida, amigos, familia
y yo misma a veces, con grandes
dificultades para poder explicar de una forma clara qué son las emociones, cómo
se perciben, dónde se sienten, cómo identificarlas y nombrarlas para poder
conectar con ellas como primer paso
antes de querer controlarlas.
Continúa...
Continúa...
No es
fácil explicar una emoción porque esto implica realizar una transpolación de
algo emocional al sistema racional, es decir, poner en palabras algo
eminentemente no verbal, pero es posible e incluso necesario ya que las
emociones y la mente no solo no son opuestos sino que son esencialmente
complementarias.
“La función de la mente es coordinar y
posibilitar las emociones. Lo que ocurre es que la mente, en su estadio
inmaduro, no sabe interactuar con ellas y desde su ignorancia intenta resolver
el problema dominándolas o suprimiéndolas.
Las emociones son aprovechadas completamente
cuando uno aprende qué problema específico detecta cada emoción y cuál es el
camino que resuelve el problema detectado. Cuando esto ocurre, uno se concentra
en la resolución del problema y le agradece a la emoción haber orientado la
mirada en esa dirección, por más dolorosa e inquietante que pueda haber
parecido al comienzo.
...No es la emoción en sí lo que nos
perturba, sino el no haber aprendido aún cómo leer y aprovechar la información
que nos transmite.” Levy, N. (2006) La sabiduría de las emociones. Barcelona:
Debolsillo.
Una
emoción es un estado afectivo que experimentamos, tiene la función de adaptar
nuestro organismo a lo que nos rodea así que viene acompañada de cambios
orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato.
Las
emociones básicas o primarias son 6:
•Miedo: es la sensación de angustia que se
produce ante la percepción de una amenaza. Depende de los recursos que se
tengan para para enfrentarlo. Su función es protegernos.
•Sorpresa: es una emoción muy breve, se
produce ante una situación novedosa o extraña y desaparece con rapidez. Ayuda a
orientarnos frente a una nueva situación.
•Aversión: cuando algo nos produce
disgusto o asco, esta emoción nos ayuda a alejarnos o rechazarlo.
•Ira: nos enojamos cuando algo nos frustra
ya que la energía que se encaminaba a realizar un deseo encuentra un obstáculo.
Nos dota de energía para resolverlo, el modo en cómo utilicemos esa energía
hace que se convierta en agresividad, rabia, resentimiento o en enfado que
resuelve.
•Alegría: surge cuando se consigue
una meta, un objetivo o tenemos una experiencia positiva proporcionando
sensación de bienestar.
•Tristeza: se caracteriza por un
decaimiento del estado de ánimo habitual en la persona no permitiendo que la
energía fluya para resolver y dejándonos llevar por pena, soledad o pesimismo.
Su función es la búsqueda de una reintegración personal.
A
continuación me gustaría enumerar un listado de las emociones más comunes con
el fin de poder reconocerlas en nosotros mismos:
Aburrimiento Alivio
Angustia Añoranza Apego
Arrojo Alegría Amor
Asco Armonía Ansiedad Apatía
Asombro Cariño Cólera
Confianza Congoja Celos Calma Curiosidad Compasión Confusión Culpa
Depresión Desamor Duelo Desasosiego Desconfianza Deseo
Desgana Desolación Dolor
Desamparo Desidia Desconcierto Desánimo Desesperación Desprecio Enfado
Entusiasmo Empatía Esperanza Euforia
Éxtasis Ecuanimidad Enojo
Envidia Espanto Estupor Excitación Frustración Fastidio Fobia
Hostilidad Humillación Hastío
Interés Ira Indignación Insatisfacción Impotencia Impaciencia Indiferencia Inquietud Intriga Inseguridad Irritación Lujuria
Mezquindad Odio Optimismo Pena Pesimismo Plenitud Paciencia Pasión
Prepotencia Rabia Recelo
Regocijo Rencor Repudio
Resignación Rebeldía Rechazo
Resentimiento Resquemor Satisfacción Serenidad Sorpresa Seguridad Solidaridad Temor
Ternura Timidez Templanza Terror
Tranquilidad Vacío Vergüenza Valentía
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